El equipo surcoreano de inspección de Fukushima considera que se necesita un análisis adicional para llegar a una conclusión
31/05/2023 22:43 replay time00:41
Seúl, 31 de mayo (Yonhap) -- Un equipo de expertos surcoreanos ha dicho, este miércoles, que se ha logrado un progreso significativo en su inspección de la deteriorada planta nuclear de Fukushima, pero que se necesita un análisis adicional para llegar a una conclusión más precisa sobre la controvertida liberación de agua contaminada.
El equipo, de 21 integrantes, encabezado por Yoo Guk-hee, presidente de la Comisión de Seguridad y Protección Nuclear (NSSC, según sus siglas en inglés), regresó a Corea del Sur, el viernes de la semana pasada, tras completar su viaje, de seis días, a Japón, que incluía la inspección "in situ" de la planta, antes de su controvertido vertido de agua contaminada al mar, previsto para este verano.
"Esta inspección ha logrado un progreso significativo en el proceso de revisión científica y tecnológica, a través de la inspección 'in situ' y la adquisición de datos más detallados. Sin embargo, planeamos realizar análisis adicionales y trabajos de confirmación para una conclusión más precisa", dijo Yoo en una conferencia de prensa.
El objetivo de la delegación era revisar la seguridad de todo el proceso de descarga y verificar la capacidad de Tokio para analizar materiales radiactivos, mediante la observación de las instalaciones y la realización de reuniones con los representantes del operador de la planta, Tokyo Electric Power Co., y de otras agencias gubernamentales pertinentes, para obtener más información.
Durante el viaje, el equipo pasó dos días inspeccionando las instalaciones de la planta, centrándose específicamente en el sistema de purificación personalizado, conocido como Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS), y las instalaciones relacionadas con los tanques K4, que están diseñados para almacenar y realizar mediciones de sustancias radiactivas.
Yoo dijo que han confirmado la instalación de un equipamiento clave, según lo planeado.
La delegación observó el ALPS y confirmó la función de las válvulas de aislamiento de emergencia, diseñadas para detener de inmediato la descarga en el océano de agua tratada con el ALPS, en caso de anomalías.
Yoo dijo que se instalaron válvulas de emergencia, que se cerrarían automáticamente en caso de un corte repentino de la electricidad y la comunicación, y que se obtuvo un controlador adicional para una doble verificación.
Además, los científicos pudieron obtener datos sin procesar sobre los niveles de concentración de entrada y salida del sistema ALPS, lo que les permitió determinar los niveles de contaminación antes y después del tratamiento y evaluar su funcionamiento adecuado, según Yoo.
El público ha planteado preocupaciones de seguridad y salud, incluida la posible exposición a largo plazo al agua radiactiva y los peligros medioambientales de la liberación planeada del agua, que Tokio afirma que está tratada y es segura.
Yoo dijo que el Gobierno surcoreano planea confirmar adicionalmente el plan de Tokyo Electric Power para la monitorización oceánica y la precisión de la evaluación de Tokio de los efectos de los niveles de radiación.
La visita de inspección se acordó, en principio, cuando el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, celebraron una cumbre, a principios de este mes, en Seúl.
Los críticos, incluidos los partidos de la oposición y los ecologistas, han planteado dudas sobre la eficacia de la inspección, afirmando que se trató de una mera formalidad, insuficiente para verificar la seguridad del proceso de descarga.
En marzo de 2011, un gran terremoto y un tsunami posterior dañaron los sistemas de refrigeración de la central de Fukushima, lo cual provocó la liberación de una gran cantidad de radiación.
Actualmente, la planta almacena más de 1,3 millones de toneladas de agua tratada con el ALPS. Está previsto que la descarga de agua comience en el verano y tardará décadas en completarse, lo que, según las autoridades japonesas, es un paso inevitable en el proceso de desmantelamiento.
Por otro lado, se está llevando a cabo una inspección del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y se prevé que, a fines de junio, se anuncie un informe final sobre su revisión de seguridad plurianual.
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