NIS: Una familia norcoreana decide cruzar la frontera ante el control endurecido contra el coronavirus

Seúl, 19 de mayo (Yonhap) -- Un grupo de norcoreanos, que cruzó la frontera marítima intercoreana de facto a bordo de un barco pesquero, a principios de este mes, huyó del Norte para escapar de sus rígidas restricciones contra el COVID-19, dijo, este viernes, el Servicio de Inteligencia Nacional (NIS, según sus siglas en inglés) surcoreano, citando a los desertores.

Las autoridades militares encontraron al grupo, de alrededor de 10 norcoreanos, que se supone que son una familia, en un barco que se acercaba a la Línea Limítrofe del Norte (LLN), en el mar Amarillo, el 6 de mayo por la noche. Desde entonces, el Gobierno los ha estado interrogando para verificar si tienen la intención de desertar a Corea del Sur.

"En un interrogatorio interinstitucional, los desertores dijeron que habían admirado nuestra sociedad mientras veían la televisión surcoreana y decidieron desertar cuando el régimen de Corea del Norte les agotó, en medio de su control social más estricto, derivado de la pandemia", dijo el NIS, una de las organizaciones gubernamentales que manejan el interrogatorio.

Se cree que los norcoreanos son parientes políticos, pero la agencia de espionaje se negó a dar más detalles, citando los riesgos de exponer sus identidades y preocupaciones por la seguridad de sus familiares en el Norte.

El diario local Dong-A Ilbo informó, anteriormente, de que los norcoreanos, que se sabe que son dos familias, han expresado su intención de desertar. Si se confirma tal información, sería el primer caso de deserción que involucra a un grupo familiar desde julio de 2017.

Una vez que concluya el interrogatorio interinstitucional y se confirme que están dispuestos a desertar, se espera que se sometan a un programa educativo de reasentamiento, de 12 semanas, para adaptarse a la vida en Corea del Sur.

En los últimos años, el número de desertores norcoreanos ha disminuido en Corea del Sur, debido, en gran parte, a los estrictos controles fronterizos establecidos por el Estado reclusivo para evitar la propagación del COVID-19. El número, que fue de unos 1.000 en 2019, se redujo a 229 en 2020 y a 63 en 2021. El año pasado se situó en 67.

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