Más de 10.000 fanes se reúnen en la plaza de Gwanghwamun para apoyar a Corea del Sur

Seúl, 24 de noviembre (Yonhap) -- Más de 10.000 personas se han reunido, este jueves, en la plaza de Gwanghwamun, en Seúl, para animar a Corea del Sur en su partido inaugural de la Copa del Mundo, contra Uruguay.

La multitud no fue tan grande como se esperaba inicialmente, en parte debido al clima frío, pero también porque la ciudadanía todavía se está recuperando del trauma de una avalancha humana que se cobró la vida de más de 150 personas durante las celebraciones de Halloween, en Itaewon, el mes pasado.

La plaza se dividió en cinco zonas, que para las 9:00 p.m. estaban llenas con más de 10.000 personas, una hora antes de que comenzara el partido en Catar. A medida que aumentaba la densidad, la policía retiró una valla que bordeaba la zona nº 5 para dejar más espacio.

Kim Young-bin, de 22 años, dijo que cuando estaba en la secundaria, nunca pudo participar de los vítores callejeros para la Copa Mundial, por lo que tenía muchas ganas de participar en esta ocasión. Agregó que, aunque hacía un poco de frío, esperaba que una vez iniciado el partido, la emoción ayudara a calentar el ambiente.

Hong Ji-ho, un estudiante universitario veinteañero que fue con cuatro amigos, dijo que los vítores callejeros son un aspecto cultural único en Corea del Sur y una de las pocas oportunidades para que todos pasen un buen rato juntos. Entre risas, dijo que esperaba una victoria 3-0 para que todos pudieran irse felices a casa.

Algunas personas vestían el uniforme de la selección nacional y llevaban diademas con cuernos de diablo en la cabeza, una referencia al grupo de fanes del equipo nacional, los "Red Devils".

Una banda tocaba música en el escenario y la gente bailaba al ritmo, algunos hacían ruido con sus equipos y coreaban el nombre del país.

Park In-hyung, un estudiante universitario de 25 años, admitió que dudó en salir porque fue hace solo un mes que decenas de personas de su edad murieron en una mortal estampida, lo que lo dejó con el corazón apesadumbrado y también preocupado acerca de ir a un lugar lleno de gente. No obstante, una vez en el sitio, dijo que animar a su país junto con otras personas en un espacio al aire libre ofrecía una sensación refrescante.

Los bares y restaurantes de pollo frito cercanos también se estaban llenando de personas, aunque todavía lucían con más espacio que durante los principales eventos deportivos anteriores.

Una de las comensales, Park Geum-ju, de 45 años, dijo, mientras tomaba cerveza con sus compañeros, que le parecía que, en esta ocasión, más personas habían pedido comida para mirar el partido desde sus casas.

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