Los supervivientes de la estampida en Itaewon narran que ocurrió 'instantáneamente' tras ser empujados

Seúl, 30 de octubre (Yonhap) -- Los testigos y supervivientes han dicho, este domingo, que una avalancha humana la noche anterior, que dejó un saldo de 151 muertos y 82 heridos, ocurrió después de que un gran grupo de personas celebrando el Halloween entraran a un callejón estrecho empinado y fueran empujados, instantáneamente, por las demás personas.

La peor estampida mortal en la historia nacional ocurrió el sábado por la noche, en un callejón cerca del Hotel Hamilton, en el popular barrio de vida nocturna de Itaewon, después de que decenas de miles de personas visitasen el sitio para celebrar la Noche de Brujas.

Un total de 151 personas, incluidos 22 extranjeros, murieron, y otras 82 resultaron heridas, según las autoridades, quienes añadieron que la cifra podría continuar creciendo.

Un testigo, sin identificar, publicó en Twitter que las personas continuaban empujando cuesta abajo del callejón, lo que causó que otros gritaran y cayeran "como un dominó". La persona dijo que creyó que podría ser aplastada hasta morir, mientras los otros continuaban empujando sin darse cuenta de que había quienes caían al pie de la pendiente.

Una mujer veinteañera dijo que el accidente ocurrió después de que una gran multitud fuera empujada de un lado a otro, por un tiempo, lo que causó que su acompañante se viera atrapada bajo la multitud.

Otra superviviente, apellidada Park, dijo que la estampida fue provocada cuando muchas personas acudieron en masa al pequeño callejón, en un corto período de tiempo.

Park dijo que una persona de baja estatura como ella no podía ni siquiera respirar, añadiendo que sobrevivió porque estaba en el extremo del callejón.

Otro sobreviviente dijo, bajo la condición del anonimato, que las operaciones de rescate se retrasaron debido a que las calles estaban abarrotadas de gente disfrazada, lo que dificultó que los rescatistas llegasen al callejón.

Entre tanto, otros supervivientes culparon a los dueños de los bares y clubes de las cercanías, quienes presuntamente impidieron que las personas escaparan del callejón atestado de gente.

Uno de los sobrevivientes dijo que, aparentemente, el número de víctimas fue mayor porque cuando las personas trataban de escapar hacia las tiendas cercanas, eran echadas de nuevo hacia la calle, porque estas ya habían terminado su horario de operación.

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