(2ª AMPLIACIÓN) Los precios al consumidor crecen a un ritmo más lento en agosto ante la caída de los precios del petróleo

Seúl, 2 de septiembre (Yonhap) -- Los precios al consumidor de Corea del Sur han crecido más lentamente en agosto, después de crecer al ritmo más rápido en 24 años el mes previo, debido a que han caído los precios globales del petróleo, según han mostrado, este viernes, datos de la Oficina Nacional de Estadística, en una señal de que la alta inflación podría haber llegado a su pico.

Los precios al consumidor, un barómetro clave de la inflación, aumentaron un 5,7 por ciento, el mes pasado, en comparación con el año pasado, lo que constituye una desaceleración frente al 6,3 por ciento en julio, según los datos. Los precios al consumidor cayeron un 0,1 por ciento en comparación con el mes anterior.

El crecimiento interanual de los precios al consumidor se ralentizó por primera vez en siete meses. La tasa de la inflación se mantuvo en el margen del 6 por ciento, en julio, por segundo mes consecutivo.

Los precios al consumidor se elevaron, en agosto, por encima del 2 por ciento -la meta de la inflación del banco central a medio plazo- por 17° mes ininterrumpido.

La agencia de estadísticas dijo que los precios de los productos industriales, servicios personales y productos agrícolas extendieron su aumento en agosto.

Eo Woon-sun, un funcionario de alto rango de la agencia, dijo, a los periodistas, que la tasa de inflación se desaceleró en agosto, en comparación con julio, ya que cayeron los precios de los productos derivados del petróleo.

Los precios globales de petróleo cayeron en medio de las preocupaciones de que las medidas enérgicas de endurecimiento monetario en las principales economías podrían desacelerar la economía global y debilitar la demanda de combustible.

El precio del crudo de Dubái, el estándar de referencia en Corea del Sur, se situó en una media de 96,63 dólares por barril, en agosto, lo que constituye una disminución del 6,3 por ciento frente al mes previo. Sin embargo, los precios del petróleo siguen siendo un 39 por ciento mayores que los de hace un año.

A pesar de la desaceleración en la inflación de agosto, Corea del Sur se enfrenta todavía a una alta presión inflacionaria dado que los precios del crudo y las materias primas se elevaron debido a la prolongada guerra entre Rusia y Ucrania y trastornos en los suministros globales. La recuperación de la demanda tras los efectos de la pandemia también ejerció una presión alcista sobre los precios.

El mes pasado, los precios de los productos derivados del petróleo crecieron un 19,7 por ciento en comparación interanual, lo que supuso una desaceleración frente al incremento del 31,5 por ciento en julio. La cifra de agosto supuso el aumento más lento en seis meses. Corea del Sur depende principalmente de importaciones para sus necesidades energéticas.

Los precios de productos agrícolas, ganaderos y pesqueros subieron un 7 por ciento interanual. En medio de frecuentes lluvias, los precios de los vegetales se elevaron un 27,9 por ciento, en comparación con el aumento del 25,9 por ciento en julio.

Los precios de los servicios personales crecieron un 6,1 por ciento, lo que supone el mayor aumento interanual en más de 24 años, impulsado por una recuperación de la demanda y el levantamiento de las principales restricciones antivirus. Los costos del consumo en restaurantes aumentaron un 8,8 por ciento.

La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los alimentos y el petróleo, se elevó, el mes pasado, un 4 por ciento interanual.

Los precios de los productos de primera necesidad -141 artículos estrechamente relacionados con la vida cotidiana de las personas, como alimentos, ropa y vivienda- aumentaron un 6,8 por ciento interanual, en agosto, desacelerándose frente al incremento del 7,9 por ciento en julio.

Se espera, de manera generalizada, que el Banco de Corea (BOK, según sus siglas en inglés) eleve aún más la tasa de política monetaria (TPM) en los próximos meses para controlar la inflación.

El mes pasado, el BOK realizó un aumento de la TPM, de 0,25 puntos porcentuales, hasta al 2,5 por ciento. La decisión tuvo lugar después del primer aumento de 0,5 puntos porcentuales en julio y representa el séptimo incremento de la TPM desde agosto del año pasado.

Corea del Sur hace frente al riesgo de la estanflación, una combinación de crecimiento ralentizado y alta inflación, debido a la intensificada incertidumbre económica externa.

La inflación debilita el poder adquisitivo de las personas y puede ser un lastre sobre el gasto privado. Una subida de la TPM está destinada a frenar la inflación, pero podría incrementar la carga sobre el servicio de la deuda y ralentizar el crecimiento económico.

En su último pronóstico, el BOK revisó a la baja su perspectiva de crecimiento económico para 2022, del 2,7 al 2,6 por ciento. El banco central elevó drásticamente su previsión de la inflación de este año, del 4,5 al 5,2 por ciento, la cifra más alta en 24 años.

El ministro de Economía y Finanzas surcoreano, Choo Kyung-ho, dijo, previamente, que la inflación podría alcanzar su punto máximo a más tardar en octubre, si no existe un alza drástica en los precios mundiales del petróleo y el grano.

El Gobierno surcoreano está aumentando los esfuerzos para estabilizar la inflación en el período previo a la festividad extendida del Chuseok, la celebración de la cosecha de otoño, que cae del próximo viernes al 12 de septiembre.

nkim@yna.co.kr

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